El reggaetón no es una moda como muchos quieren
hacerlo ver, lo que sí es una moda es el afán actual por criticarlo. Él estaba
aquí desde antes que los padres de los que ahora son anti reggaetón nacieran. Él estaba desde la triste época en que gracias
a nuestros superamigos y recontra aliados de Norteamérica entre otras grandes
personalidades y familias colombianas perdiéramos a panamá. Vamos a
contextualizarnos en aquel momento: los trabajadores de muchos lugares del
mundo llegaron a panamá para participar en la construcción del canal,
trabajadores entre ellos jamaiquinos que llegaron con su música reggae que caló muy bien en
toda la población tanto así que se formó un nuevo movimiento musical -si así lo
podemos llamar- conocido como el reggae en español; es decir, lectores contrarios
y simpatizantes del reggaetón, este género técnicamente es colombiano si no
hubiese sido por nuestros superamigos y recontra aliados del norte. Y bien, era
de esperar pues los otros géneros surgidos cerca geográficamente dejan al
reggaeton como un piñata de niños; es decir, pensemos en la champeta o mejor aún
en el choque lo que nos lleva a imaginar que en realidad este tipo de música lo
que hace es reflejar la idiosincrasia de este pueblo un poco de sus costumbres
y sobre todo su apología a la mujer ,
apología que algunos llaman denigrante o
pervertida pero es una crítica igual que a las túnicas islámicas, es decir son críticas a las prácticas de una
cultura de un pueblo estamos atacando algo porque no nos gusta o porque es
diferente como si tuviéramos el poder de
calificar lo que es bueno y lo que es malo.
Esta intolerancia ha alcanzado niveles fóbicos e
incluso en países como Guatemala lo han prohibido. El reggaetón, cuyo mayor
desarrollo se ha visto en Puerto Rico y países centro americanos, está siendo
prohibido negando sus propias raíces y la misma forma en que muchos de sus
habitantes viven y es que esto hace parte de una creciente desnaturalización de
la población latinoamericana en la cual cada vez más sus hombres y mujeres
quieren tener formas de vida americanas o europeas pasando desde su forma de
vestir hasta la música y cada vez más se escucha música de otros sitios que en
realidad no representan la manera en la que se desea ni la manera en la que se
vive en esta parte del mundo. Nos han
vendido tanto su cultura que todos estamos convirtiéndonos en copia de ese
estilo de vida consumista que creemos es el correcto porque así nos lo han
presentado y es que debo repetir que este, al igual que todos los géneros
musicales lo que hace es representar un estilo de vida pero en este caso el nuestro o lo que queda de lo nuestro y no es
falso que es un estilo de vida más carnal y tal vez menos romántico pero no por ello es menos valido al fin y al
cabo no todos tienen que amar como Shakespeare.
El reggaeton está pasando por lo que muchos ya
pasaron; el jazz, el metal por mencionar
algunos tuvieron que luchar contra la sociedad de sus respectiva épocas porque
de ellos se decía al igual que hoy del reggaetón que era música del demonio o
que iba a pervertir a la sociedad y sus artistas y fanáticos tuvieron que pasar
por las mismas prohibiciones y luchar contra las mismas represiones y todo lo
hicieron porque era eso lo que los representaba y era lo que les gustaba aunque
a muchos no - pero para ellos era sus
estilo de vida y lucharon por preservarlo hasta estos días en los cuales ya no
hablamos mal de ellos sino que todo lo contrario, son vistos como gente culta. Por
escuchar estos tipos de música raros y extranjeros, se crean bares temáticos y sitios dedicados
únicamente a esta clase de música y a todo lo que estas culturas llevan en sí
con su ropa y sus estilos de hablar etc.
y es lo que probablemente suceda con el reggaetón. Tal vez en 40 años exista un grupo cultural
tan marcado como los llamados “metachos” que defienden su música y hacen sus
festivales culturales en torno a su música. Tal vez en 4 cuatro décadas pasemos y veamos un bar
dedicado únicamente al reggaetón donde la gente vaya a escuchar lo que
seguramente se convertirá para ellos en clásicos y la historia se repetirá y lo
más seguro es que cuando llegue ese momento dejaremos de criticar el reggaeton
y empecemos a verlo como algo bueno y a sus artistas como verdaderos
fusionistas de todos estos ingredientes que lleva el reggaetón y cuando lleguemos a ese momento seguramente
encontraremos otro género musical al cual criticar.
y es que mientras muchos de los que se dicen
respetuosos de una mujer y por ello no escuchan reggaeton, pero son ellos mismos los que no les va mal siendo
infieles, y mientras muchos de los que
se sienten intelectuales van por ahí hablando sobre un género musical con
palabras muchas veces peores que las que usaría un reggaetonero, y mientras muchas mujeres dicen odiarlo por la
manera obscena en la que las representan, basta con que suene algún buen tema …
para que se sientan atraídos , porque el
reggaeton al igual que todos los géneros tiene canciones buenas y canciones
malas y ningún estilo musical se salva de tener malos temas pero basta con que suene alguno de los buenos
para que los románticos e intelectuales para se les mueva algo por lo menos
adentro mientras en el exterior intentan ocultarlo. Y como no, si es que está en nosotros y es de nosotros y
basta con que suene un buen tema para que las feministas deseen pararse en
medio de una pista para bailar y sentirse deseada, y basta con un buen tema para experimentar un
montón de sensaciones que vienen desde la madre áfrica y se ha mezclado con
nuestras raíces latinas que así nos neguemos a aceptar y así intentemos
rechazarlas están ahí, porque así lo ocultemos todavía nos mueve ese
instinto y ese deseo que no nos deja convertirnos en máquinas aunque muchos así
lo quieran y hasta los más puritanos tienen pensamientos sexuales y es obvio
que critiquen el reggaeton porque les despierta eso que no quieren sentir esa
parte que no desean que exista despierta
eso que no queremos porque nos sentimos seres evolucionados pero que le vamos a
hacer “si este reggaeton se te mete por los intestinos.”