Mi curiosidad es vacua
Sin carácter teleológico
Mi andar cansino y doloroso, no miente
Ni mi edad tampoco
Solo los huesos
Roídos por la comodidad 

Sueño del emperador


Cierto día un líder de estas tierras llamo a todos sus consejeros y sabios pues estaba preocupado de un sueño que tuvo la noche anterior, al tenerlos a todos reunidos dijo:

Temo por mi bienestar y el de todos en estas tierras pues la luna anterior no me ilumino con leopardos ni águilas, sino que en mi sueño me vi totalmente blanco, me salieron plumas y tenía un pico sin filo, era un pato de pies a cabeza. Todos los que le escuchaban se sorprendieron y murmuraban hasta que el líder que aún tenía la palabra los interrumpió:

Eso no fue lo peor, lo que más me preocupa es que no sentí temor de ser tan débil animal, es más tampoco intente buscar médicos para regresar a mi forma de hombre, solo me quede chapoteando entre los peces que perfectamente nadaban, volé torpemente con saltitos entre colibríes y mariposas, incluso me atreví a correr con los conejos del bosque y debo decir con tristeza que lo disfrute.

Quien de ustedes por mi bien y el de sus hermanos me puede decir algo de este sueño?
Entonces al ver que nadie tomaba la palabra, un sabio que no era muy valorado pues su único talento era vivir entre plantas y animales en lo más espeso de la selva dijo:

Me causa sorpresa su sueño mi señor pues esta mañana después de cuidar mis plantas y sanar algunas heridas de mis amigos animales un pato muy feliz se acercó a mí y me dijo que había soñado que era un gran líder.

Ojos de fiesta

Era simple y sencilla
jamas espere lo que había mas allá
ella era un alfiler
y yo un globo
que reventó.

Rompí mis propias barreras de hule
ahora soy viento, ahora soy helio
disperso como al comienzo.

Levito entre ustedes 
con mi vibración infrarroja
todo por un alfiler
con su vibración ultravioleta
todo por unos ojos que dicen fiesta.
Me bañaba con ternura
sin importarle la lepra
me bañaba como redención
sin importarle Chopin
solo podía hacer funcionar
           mi oídos a las llamadas del piano
no existía nada, ni miradas, ni dolor
con dificultad de pie
recibí el milagro
por un segundo, curado
pude acostarme
sabiendo que al despertar
ni la ducha, ni ternura
ni milagro ni lo nocturno
solo lepra