En realidad
Para tus ojos
Quisiera ser
Necesario
se miraron frente a frente
y el sostén cayo
mientras la besaba
ella cayo, sobre el,
que también cayo.
hicieron el amor
y la cama cayo
cayo el mundo
cayo la sombra.
mientras se abrazaban
el suelo cayo
el vecino ruidoso cayo
cayo la tabla
él cayo, sobre ella,
que también cayo.
a final el silencio,
aunque con mala ortografía,
se apodero de todo
y todos callaron.
y el sostén cayo
mientras la besaba
ella cayo, sobre el,
que también cayo.
hicieron el amor
y la cama cayo
cayo el mundo
cayo la sombra.
mientras se abrazaban
el suelo cayo
el vecino ruidoso cayo
cayo la tabla
él cayo, sobre ella,
que también cayo.
a final el silencio,
aunque con mala ortografía,
se apodero de todo
y todos callaron.
si yo escribo para que te quedes,
no podrás escribir cuando te vayas
no podrás dejar migajas
ni las buscare para seguirte
si yo escribo para que te quedes
no hablaremos de irnos
no dejare que tus manos escriban nada
no permitiré que tus palabras lleguen a mi
las detendremos mis letras y yo
les prohibiremos
que continúen los rituales de irnos y dejar rastros
si yo escribo es para que te quedes
y así
no podrás escribir cuando te vayas
no podrás escribir cuando te vayas
no podrás dejar migajas
ni las buscare para seguirte
si yo escribo para que te quedes
no hablaremos de irnos
no dejare que tus manos escriban nada
no permitiré que tus palabras lleguen a mi
las detendremos mis letras y yo
les prohibiremos
que continúen los rituales de irnos y dejar rastros
si yo escribo es para que te quedes
y así
no podrás escribir cuando te vayas
NIETZSCHE O EL INCOMPRENDIDO
“El destino del genio es ser un
incomprendido;
Pero no todo incomprendido es un genio
“
No
debe sorprendernos, que los escritos de Nietzsche no vieran la luz sino hasta
años después de su muerte, y mucho menos debe sorprendernos el que no se le
hubiese tomado enserio durante gran parte de la historia. Es normal que se le
hubiese tildado de poeta, sin que esto tenga nada de malo, pero se lo hacía de
manera despectiva como queriendo desviar la atención de sus palabras a minucias,
a estilos, a todas esas capas de envuelven a las ideas, que al final son lo más
importante que tienen los filósofos. Pero, no debemos sorprendernos porque Nietzsche
fue, es y probablemente será un incomprendido, incluso por los que más lo han estudiado, será siempre incomprendido porque
no se puede comprender a los que abarcan
la vida; no tocan este o aquel tema sino todo el sistema que nos encierra, tal
como lo hacen los poetas cuando escriben sus obras, tocando desde las teclas del pianista hasta
las cuerdas del cirquero, trabajan en más vidas que las de ellos y saben de más
experiencias que las que han vivido. ¿Cómo comprender esto? – Os aconsejo que
no hagáis demasiado esfuerzo - dejemos tranquilo a Nietzsche, él era un genio.
Pero
si podemos hablar largamente de sus palabras, de toda su herencia, de cómo ha encauzado
- sin que nos demos por enterados - nuestra historia. Según Harold Bloom Shakespeare “invento
lo humano”[2]
y esto, aunque sigamos sin entenderlo en su total dimensión, lo aceptamos por
su gama de personajes. Así mismo, de Nietzsche podríamos decir: “desentrañó al
humano”, le sacó todo lo que tenía adentro, todos los sentimientos que la
mayoría de veces no son capaces de explicar los hombres; él los pone en una
larga mesa con bandejas de plata, para que el lector entre y escoja, y, todo
ello lo hizo desde su propio estudio, desde su propia vida como laboratorio o
sujeto de pruebas, lo cual merece un grado de admiración especial, ya que, si
la mayoría de los hombres no son capaces de mirarse, mucho menos de sacar sus
interiores al libre escarnio.
Dentro
de los muchos hombres que desentrañó, lo hizo con el artista, aquel genio sin
par que crea los mayores logros de la humanidad, logros aquellos, que continúan
con la historia, que no se diluyen con el cambio de paradigmas, que se mantienen por siglos; aquellos que nos
llevan incluso a separarnos de nosotros mismos, de nuestras creencias más
arraigadas. Parafraseando a Nietzsche, es necesario separarse de la metafísica,
pero, esto sucede hasta que escuchamos la novena sinfonía de Beethoven, “Parece
extenderse mucho más arriba de la tierra, remontarse hasta una cúpula de
estrellas, con el ensueño de la inmortalidad en el corazón: todas las estrellas
parece que centellean alrededor de esa sinfonía y que la tierra se hunde “[3].
Pero,
¿cómo llegan los genios a conmover tan profundamente el alma de los hombres?
veremos pues, que lo hacen por su mirada. Así es, a todo creador, o por lo menos
a todo aquel que intente rozar el arte
buscando sus primeras creaciones lo invaden las - por así llamarlas - inspiraciones,
todas ellas buenas, mediocres y malas. Pero es la mirada del genio, el juicio
del artista, el que decide en últimas que es lo que realmente debe componer la
obra.
No
debemos pensar que esta mirada es fruto de alguna divinidad por doble motivo:
el primero, para no conseguir que los artistas pierdan su rumbo, embelesados en
su propia divinidad, sumidos en su orgullo; diría nuestro incomprendido alemán:
“Por
lo mismo que dejan de criticarse a sí mismos acaban por caer una a una las
plumas de su plumaje”[4]. El segundo motivo lo
encontramos en que se puede pensar que no existe esfuerzo o dedicación detrás
del entrenamiento de este carácter estético del artista, detrás de este
perfeccionamiento tan difícil de alcanzar. Los artistas pasan mucho tiempo
estudiando su propia obra, su propia producción hasta lograr sintetizarla en
las obras de arte a las que el público
tiene acceso. Pero no son miradas fugaces ni decisiones simples las que debe
tomar un pintor acerca de los componentes de su cuadro, tampoco es sencillo
para un escritor dejar sus novelas incompletas reposando para cuando los
momentos creativos sean verdaderamente productivos; aunque existen obras
sintetizadas a nuestro pesar y al pesar de la humanidad, por obligación o
petición de los patrocinadores, padrinos, mecenas impulsadores del arte. Es el
caso, por ejemplo, de la sinfonía de Beethoven en si mayor, la cual le obligaron a escribir solo para piano,
perdiendo así una gran composición rodeada de instrumentos y sensaciones
transmisibles solo a través de esa primera mirada del artista quien debió
reducirla. Nos dice Nietzsche que es allí donde los nuevos artistas deben
intervenir, tomar y remirar esas obras en la búsqueda de sus nuevos agregados
perdidos en el pasado, deben re-nutrirla
de composiciones que se perdieron, deben rellenarlas de todo lo que los nuevos parámetros
pueden aportar a la obra.
Hablamos
sobre la perfección en la visión del artista, y lo intentamos hacer sin
arrogancia; pero son estas creaciones las únicas perfectas. Podríamos, como no,
comparar el proceso creativo de un artista con el de un inventor, es más, con
el de cualquier técnica, que toma sus conocimientos y su práctica para llevar a
buen término un producto que en la mayoría de las veces nos complace y en la
mayoría de las ocasiones además nos es útil; pero ¿qué tiene el arte que en
muchas conversaciones es tildado de inútil para competir con dichas creaciones,
con dichas invenciones? y, ¿por qué los verdaderos genios son los artistas, y
no los demás creadores? esto sucede porque el arte no tiene retoque. Cuando
miramos una máquina, se puede pensar que podría hacerse mejor o que incluso
tiene defectos, se pueden analizar mejoras y cambios ya que tiene que cumplir
con sus funciones, mas, la obra de arte deberá permanecer así por la eternidad,
expuesta para ser apreciada por espectadores de diferentes siglos y culturas,
con diferentes paradigmas y concepciones de la vida, de la humanidad;
concepciones que van cambiando a través del tiempo. Conseguir una obra de este
grado, solo lo puede conseguir un genio.
Lo que
sucede con los poetas, con los artistas en general, dirían muchos autores -
entre ellos Freud y Nietzsche - es que
viven jugando en el humano demasiado humano. Se Argumenta que viven los artistas como los poetas griegos,
aquellos que para superar ese mundo cruel de la Grecia seria y estructurada, de
la Grecia que tenía la verdad como gran tesoro. Los poetas mentían, o mejor
encubrían esa verdad, la misma que los filósofos tanto deseaban develar.
Y, ¿para qué? para ir a la ilusión,
ilusión aquella que diría Nietzsche: “por el arte hasta la misma miseria podría
convertirse en gozo”[5].
El problema fue quizás, que los griegos amaron tanto aquel arte, que terminaron
viviendo en un mundo de fabulas y creaciones artísticas, que los rodeaban a
diario y los hacían sentirse libres pero logrando con ello que no se hicieran
cargo, ni de sus propias mentiras “como
todo pueblo de poetas”[6] y los pueblos vecinos ya no los tomaron en serio.
Entonces
debemos evaluar la relación que tienen los artistas con las obras de arte, para
no recaer en los problemas que tuvieron los griegos. Las creaciones artísticas
debemos entenderlas sobre todo como un conjunto, ya que la sensibilidad experimentada
por el espectador también hace parte de
la creación; de esta manera - sobre todo a los escritores - deben darle su
espacio como parte de la obra; es decir, no decirlo todo, dejar las puertas
entre abiertas para que el espectador vea desde afuera, revise y se envuelva en
los mismos problemas y tramas que el artista.
De
esta manera los escritores, logran crear un vínculo con sus lectores y los
hacen recorrer las líneas en busca de develar los mismos secretos que el
escritor ya descubrió, pero que no los cuenta de inmediato sino que acompaña y
a la vez es acompañado por cada uno de los que lee. Esto hace que difieran
mucho los tipos de escritores, los que muestran todo con una claridad deseada
pero aburridora y los que muestran todo a través de un arduo trabajo en las sombras
y la oscuridad que lleva al lector a través de una aventura.
Nos diría
Friedrich: “La mayor parte de los pensadores escriben mal, porque no nos comunican
solamente sus pensamientos, sino también la razón de sus pensamientos.[7]”
Estos escritores olvidan a menudo otro gran aporte de Nietzsche: “las
paradojas de que el lector se sorprende no están a menudo en el libro, sino en
la cabeza del que lee”[8].
Aun así, este tipo de escritores son necesarios, ya que nos muestran
las etapas por las que pasamos, representan la edades que atraviesa el escritor,
y las cuales no debemos entender como simples tránsitos, sino que además son
parte del proceso por el cual el escritor y en general el artista se nutre, de
sus propias experiencias, son caminos que se deben recorrer a tempranas edades,
para que al llegar a la madurez, se experimente la satisfacción de la
composición tranquila, sin las impurezas de la juventud, pero conservando el
ímpetu del niño, el ímpetu del juego.
Ahora bien, esa es la relación que
tienen los artistas con obras de arte, pero la relación que tienen los
espectadores con las obras debe ser aclarada también. En este caso, los
espectadores deben acercarse a la obra como personas desconocidas; es decir,
sin intentar realizar análisis psicológicos a los artistas. Decir que esto lo
hizo por aquello, es divagar y se convierte en un devenir interminable de
presunciones y especulaciones. La otra manera de acercarse a las obras es
separar totalmente al artista lo cual también es una percepción negativa, ya
que el artista es parte de la obra, las dos maneras son autodestructivas.
En realidad la mejor forma de acercarnos sería la que nos propone Nietzsche: “La
conversación con un amigo sólo producirá buenos frutos de conocimiento cuando
el uno y el otro acaben por no pensar más que en la cosa misma y olviden que
son amigos.[9]”
El
entendimiento de las obras no siempre se da de la manera que se espera y por
ello es necesario esperar hasta que otra generación de espectadores aparezca. Se
cree, por ejemplo, que la Eris de Hesíodo fue una obra excelente, creada para
que lo fuese a sus propios ojos y fue reinante durante mucho tiempo, tanto así
que Esquilo y Eurípides permanecieron en las sombras hasta que hubiese jueces
que pudieran juzgar también su obra, como hubo quienes juzgaran a Hesíodo. Esto
se lo debemos a los griegos y a su forma de hacer arte, en la cual la primera
ambición era la propia, y luego las obras continuaban su paso abriéndose
camino, buscando aprobación extraña.
Los
artistas pasarán, morirán, se extinguirán
incluso, pero, al igual que las antiguas civilizaciones griegas, son los
últimos sobrevivientes los que más disfrutarán de su cultura, los que más
saborearán sus néctares siempre con el recuerdo de que: “el sol se ha ocultado ya, pero
todavía ilumina e inflama el cielo de nuestra vida, aunque no lo divisemos.”[10]
Es
acaso parte de ese sol que nos sigue alumbrando nuestro querido incomprendido,
comenzamos diciendo que Nietzsche tuvo que pasar por todas las incomprensiones
propias de los artistas, pero después de leerlo solo un poco, nos podemos dar
cuenta de que es uno de ellos: su talento para escribir y su preocupación por
que sus textos llegasen al lector, fuesen receptivos, logrando envolverlo en la
aventura que mencionamos guiaban los
escritores, son solo algunas de las muestras de su fino arte, tal vez, aún no hay jueces para la obra de Nietzsche y
deberá esperar como Esquilo y Eurípides. Es más, tal vez nunca comprendamos a Nietzsche
pero ello no amerita la lucha sin sentido que se ha emprendido peleando por
darle el título de filósofo, de académico, de sabio, a nuestro alemán y con
ello lo que realmente estamos logrando es quitarle sus verdaderos calificativos,
los de artista, genio, - y como no - incomprendido.
Trabajos citados
Bloom, H. (s.f.). shakespeare la invencion de lo
humano.
Nietzsche, F. (s.f.). humano
demasiado humano.
Pons, P. P. (s.f.). los
guiños del destino.
Elizabeth
era, la orgullosa y prejuiciosa
era, la hermana de Nietzsche
era, la primera vampira
era, la primera pirata
era, un lunar suicida
era, un rostro taciturno
era, las piernas capturadas... en fotos
era, la curvatura femenina... que las mujeres aman
lo mas importante no es que era
lo mas importante es que fue
era, la hermana de Nietzsche
era, la primera vampira
era, la primera pirata
era, un lunar suicida
era, un rostro taciturno
era, las piernas capturadas... en fotos
era, la curvatura femenina... que las mujeres aman
lo mas importante no es que era
lo mas importante es que fue
Daniela
Iba con sus pantalones que eran más rotos que tela
Sus labios salidos como pidiendo besos
Brotados al aire como quien no teme ser robado
Caminaba con él, sin mí, pero conmigo
No sé si me explico.
Daniela se ponía y
quitaba los lentes
Sin tener un motivo aparente
Se ponía y se quitaba los lentes
Como conquistaba miradas
Sin motivos aparentes.
Andaba enamorando hombres y mujeres
Como andaba Daniela con la mente destrozada
Mientras destrozaba la mía
En media hora podía llevarte y traerte de nuevo
A sus pantalones que eran más rotos que tela
Cada medio día pasaba
por su casa
Para que destrozara
un poco la mente
Para que la destrozara otra persona que no fuese yo
Para quererla un poco
Para grabarla otro tanto
No sé si me explico
Montaba pasteles y vendía patines
Siempre haciéndolo todo al revés
Poniéndose rotos en lugar de pantalones
Estando con él en lugar de conmigo
Daniela tenía los espejuelos tan abiertos como su mente
Y sus marcos tan negros como su mente
Y se los quitaba tan usualmente como la mente
si señores Daniela era una demente
No sé si me explico
Ellos no sufren
se termino, como se terminan las cosas
como se supone, que se terminan las cosas.
porque tienen final
porque nunca debieron comenzar
se acabo
como acaba la vida
como acaba la muerte
como se pasan las comidas
como terminan los días
finalizo sin pena ni gloria
como si jamas hubiese ocurrido
él sufría mas que ella
y era obvio
en especial porque a los Él
no se les permite sufrir
eso esta claro.
en especial porque
ellas aman como ellos dicen que aman
en especial porque
ellos aman como ellas dicen que aman
en especial porque a los Él
no se les permite sufrir
eso esta claro.
estrellas y mujeres
intento 384763 de contar la misma estrella
la misma que se repite
una y otra vez en el cielo
intento 384763 de contar alguna mujer
alguna que no este en el cielo
sabiendo que eres tu repitiendote
un abrazo obligado
fue todo lo que me quedo
fue todo lo que me quedo
ni siquiera un porque
ni siquiera un perdón
ni siquiera un te quiero
ni siquiera un adiós
ni siquiera una lagrima
pude derramar
no me dejaste ni eso
no me dejaste nada
solo me dejaste un
frió y forzado
estrechón de cuerpos
que a pesar de todo
desee que nunca se terminara
Aniversario
Tú dieciocho, yo veintisiete
Tú años, yo semanas
Tú de vida, yo sin verte.
Tienes “libertad”
La misma que me quita tu recuerdo.
Tienes “responsabilidad”
La misma que tengo de volver a verte.
La búsqueda se hace incesante
Pero solo encuentro soledad
Soledad acompañada por ellos,
Rostros que marchan conmigo
Viendo mi careta
Sólo uno me comprende,
Sólo uno me conoce,
Sólo éste se hace cómplice,
El resto marcha… marcha y no se cansa
El resto vaga…
Vaga y me acompaña.
No me dejan,
No me dejen
No lo hacen
Pero no me entienden.
Sólo uno me comprende…
Sólo éste siente lo que siento.
El resto no puede;
El resto no conoce amor alguno.
Sólo este me salvo de la muerte
Y a veces creo que me espera.
Sólo este me mira
Y realmente me ve
La fragilidad interior,
La fragilidad del amor.
No quiero más marchantes
Pues terminaran marchitándose.
No quiero más marchantes
Pues terminaran marchándose.
Pero quisiera más como tú
Pero quisiera estar
Con la que no me comprende
Pero está de aniversario.
pandora
Lo
que extraño
Es
verte no pelear
No
discutir, ni moverte
Permanecer
impávida
Mientras
el mundo arde
Cuanto
hubiese aprendido
El
mismo Gandhi de tu calma
Cuanto
debí aprender yo
Mientras
tragabas demonios
Mujer
demonio
Cuantas
guerras hubieses evitado
Cuántas
vidas habrías salvado
Si
tan solo supieran esconder como tu
Con
tu cuerpo
Con
tu caja de pandora
A veces es bueno
Perder el control de la situación
Y sentir tanto como sea posible
Comenzar a preguntarse
Quien es el que da los permisos en el
universo
Por ejemplo quien te autorizo a
descomponerme
Ser a ser
Parte a parte
Letra a letra
¿Por qué te permitieron?
Quitarme los deseos
Las miradas lascivas
¿Cómo fue que accedieron?
Que me dejaras sin risas
Para ningún triunfo
Para ningún momento
¿Con que derecho?
Te fuiste con todo
Atado a tu maleta
¿Quién es el que te dejo?
Volver a sentir amor
Si no era para mí
¿A quién le pediste autorización?
Porque aunque te creas
Con derechos propios
No los tienes
¿Con permiso de quién?
Te fuiste no solo de cuerpo
No solo de cama
A veces es bueno
Tener el control de la situación
Y sufrir lo menos que sea posible
Estaban
despechados
Pero
no solo eso
Estaban
destripados
Descorazonados
Descabezados
y descabellados
Estaban
descuartizados en vida
Esparcidos
por todo el cuarto
Desparramados
por el mundo
Regados
por el suelo
Estaban
despechados
Pero
no solo eso
Ya
no tenían un pecho
Porque
simplemente
No
sabían amarse de otra manera
Tengo dolor
Me duele la tierra que piso
Tengo dolor de patria
Ya no quedan lágrimas
Ya no quedan ríos
Ya no queda oro
Estamos vacíos
Perdimos lo primero
Perdimos dignidad
La vendimos por dinero
Y no tenemos que tragar
Tengo dolor de patria
Me duele por mis hijos
No podrán ver
Lo que algún día tuvimos
Tengo dolor de patria
De paraíso en la tierra
Nos lo acabaron diciendo
Que era por la guerra
Tengo dolor de patria
Me duelen los caminos
Los que recorro y parece
Que ya estamos jodidos
Tengo dolor de madre
Me duelen mis hermanos
Ya no los escucho
Ni cuando me levanto
Tengo dolor de obrero
Mientras me sangran las manos
De ver como los alimento
Con mi sudor y mi trabajo
Tengo dolor de patria
Dolor de colombiano
De latino extorsionado
Por sus propios paisanos
Tengo dolor de patria
Tengo dolor de campo
Ya no siembro ni cosecho
¿Para que alimento al malo?
Tengo dolor de patria
De latinoamericano
De independencia falsa
De cómo nos robaron
Tengo dolor de patria
Peor que el de un desterrado
Porque tengo que vivir
Dentro del naufragio
Tengo dolor de patria
Me duelen los sueños
Los de hacer algo grande
Desde que era pequeño
Tengo dolor de indio
Castizo, blanco y zambo
Dolor de negro e indígena
Dolor de extranjero enamorado
Tengo dolor de patria
De estudiante ilusionado
De querer cambiar
Las balas por aplausos
Tengo dolor de patria
Dolor de ciudadano
Dolor de injustica
Dolor de hombre
Dolor de humano
Ya no quedan lágrimas
Ya no quedan ríos
Ya no queda nada
Estamos vacíos
la cultura de gamin
Quiero dedicar estas líneas mal
escritas a una mujer que quise mucho, a una mujer que quiero mucho, a una mujer
diferente, a una mujer rara, o no sé cómo se le puede decir a una mujer que
quiere a los gamines. Sí, estoy hablando de esos seres que algunos les produce miedo
y para otros solo son parte del paisaje; esas sombras al lado del asfalto y los
ladrillos. Para ella no lo eran, para ella eran seres, una especie de seres
especiales, y con su mirada lo demostraba a cada paso de nuestras eternas
caminatas; veía en ellos la ternura de la caída, veía en ellos la pasión de los
vicios. Ella tenía la mirada que nadie tiene, de hecho siempre pensé que fue
por eso que se fijó en mí.
Vivo en una ciudad con un pésimo
sistema de transporte en parte por su planeación, en parte por la poca cultura
ciudadana de sus habitantes, y me atrevería a decir que sucede en partes
iguales. Es común ver a las personas entrar a las estaciones sin pagar sus pasajes,
es normal ver las masas de gentes embutirse en los buses sin dejar siquiera
salir a los que arriban a su destino. Ya no es raro que nadie ceda un puesto o,
lo que me parece aún peor, que desconocidos le hablen en tono de regaño a
quienes no cedieron el puesto como si ellos fuesen los portadores de la verdad
o del conocimiento del buen actuar. En esa ciudad vivo yo, y no creo que sea
muy diferente que la ciudad en la que vives tú.
Pero un evento mágico ocurrió en uno
de esos días en los que debí embarcarme en el mismo viaje afanado de mis
paisanos, en el que todos tienen que llegar a un
sitio del cual en el mismo momento en que cruzan las puertas quieren salir: trabajos,
universidades, colegios; es decir, cárceles escogidas y no obligatorias.
Esperaba mi ruta y de repente vi un
gamín. No le despegue la vista disimulada desde el fondo de la estación, aunque,
esto no es algo del todo extraño ya que mi enorme curiosidad hace que acompañe
a las gentes con mi mirada estudiando sus comportamientos disimuladamente sin
que ellos se percaten. Entonces, para mi sorpresa, aquel individuo de quien
solo se esperan actos de desobediencia y desorden social se acercó a la
taquilla y pagó su pasaje y entró a la estación de buses. Este hombre que pudo
fácilmente colarse como cientos lo hacen y nadie le iba a decir nada así como
nadie le dice nada a muchos de esos colados que van por ahí “bien vestidos” o
aparentemente normales o correctos.
Pagó su pasaje y mientras los que
no lo ignoraban lo miraban como un bicho raro se paró al frente de la misma puerta
en la que paraba mi ruta. Esa sería la segunda de las muchas sorpresas que me
daría, porque fue entonces cuando se acercó a hablarme no para insultarme, intimidarme,
amenazarme o pedirme algo, no; se acercó para hablar de la situación por la que
atravesaba en esos momentos el sistema de trasporte, que en aquellos días
estaba escaso de buses, escaso de combustible, escaso de fondos (escaso de
ideas creo yo). Cruzamos unas pocas palabras hasta que llegó el bus que nos
recogería a ambos. En ese momento, repito, para mi asombro no hizo lo que todos
y aquí si debo incluirme en algunas ocasiones (espero no muchas)se paró detrás
de la línea amarilla y esperó a que los
demás pasajeros bajasen para él subir; quien sabe si por pena , quien sabe si
por educación, quien sabe si porque no tenía afán de llegar a ningún sitio.
Subimos y la casualidad hizo que me
sentara justo detrás de él. Junto a mi había un hombre vestido totalmente de
negro en diferentes tonos y paños, “muy elegante” quien en el preciso instante
en que nuestro gamín se subió comenzó a mirarlo despectivamente. Cuando los
olores (olores realmente desagradables, quien sabe cuántos días habían pasado
desde la última vez que había tenido la oportunidad de asearse) llegaron a
nosotros, el hombre de negro comenzó a buscar mi mirada mientras se tapaba la
nariz; buscaba mis ojos intentado hallar un cómplice con el cual compartir lo
que él sentía por el gamín, no podría asegurar si era burla o desprecio o qué
era, quería sentirse acompañado y debo
decir que en mí no encontró ese cómplice. Su mirada acusadora, su nariz tapada
y sus respiraciones hondas acompañaron al gamín hasta que se levantó de su
asiento una parada antes (como en teoría debe hacerse para no crear congestión
y estar listo en el momento de bajar de autobús). El gamín bajó y el hombre de
negro siguió buscándolo desde la ventana para qué o por qué nunca lo sabremos, tres
paradas adelante llegué a mi destino y bajé, pero el comportamiento de aquellos
hombres no se salieron de mi cabeza en todo el día; de hecho espero que me
acompañen por siempre para recordar una
vez más como las orquídeas son hermosas para la vista pero lo hacen para poder
quedarse como parásitos en los árboles.
Realmente debemos todos
preguntarnos qué preferimos ver en la calle, con qué tipo de personas
preferimos vivir, con qué tipo de seres preferimos compartir nuestra sociedad. ¿Realmente
queremos verlos a todos en paños acalorantes y con aspectos impecables repletos
de tratamientos de belleza? estoy muy lejos de asegurar que todos los que van
por ahí muy prolijos en su aspecto sean malas personas, estoy seguro que no; Pero
la verdad prefiero una sociedad con más gamines, no de los que roban, esos son
rateros, simplemente los gamines, esos que son habitantes de la calle, los sin techo que
no sé cómo sobreviven pero sé que en muchos de los casos lo hacen sin necesidad
de quitarle algo a los demás o peor aún de pedir por generar lastima; no, los
gamines son hasta dignos, son dueños de su libertad, de su tiempo y de su
conducta no llevan su ritmo de vida porque los demás los ven o por demostrar
que son esto o aquello porque ellos simplemente son. Me gustaría ver más
gamines como el que tuve la fortuna de encontrarme y tal vez aprenderíamos un
poco de ellos a meternos en nuestros propios problemas, realmente debería
existir una escuela para educarnos en “gaminadas” como esas, quizás las cosas serían distintas; cada uno
ocupándose de su supervivencia y no en la del vecino, andando sin rabia con el
tráfico pues lo importante es llegar y
no cuando, gaminadas como hablarle a los extraños para conversar no para
regañarlos o demostrarle quién tiene la razón, comportamientos tan simples como
pagar un pasaje que no hace más rico ni pobre a nadie pero sí deja una conciencia
limpia; porque, aunque no se vea la víctima, es un robo colarse. Ojalá llegue
el momento en que se multipliquen los gamines que miran a todos de la misma
manera porque realmente prefiero los malos olores que las malas miradas, tal
vez nuestros olfatos terminarían por ser defectuosos y no oleríamos nada pero
todos tendríamos una sonrisa para los demás, tal vez no habría tantos paños o
modas pero probablemente nos detendríamos más a mirar los atardeceres o los
niños jugando en el parque o las palomas bañándose en las fuentes. Realmente me
gustaría que en nuestra sociedad se nos pegara un poco esa educación del gamín,
esa cultura del gamín realmente me gustaría que en nuestras calles hubiese más
gamines y realmente creo que a la mujer que mencione al principio también.
y entonces me hiciste dudar
y pensar si realmente los poemas tienen final
si en efecto un poema puede acabarse
¿cuando acabaran los poemas?
¿acaso, hay un verso tan perfecto?
¿acaso, existe una palabra tan completa?
que no necesite compañía
que no se sienta sola
o mas bien los poemas son
una danza eterna de palabras,una tras de otra
una reunión de letras que hacen el amor eternamente
una conjunción de espacios por llenar,
y de vacíos llenos
cuando acabaran los poemas
¿acaso, en el punto final?
¿acaso, cuando encuentre la creación?
¿acaso, cuando lo termines de leer?
o mas bien los poemas esperan
esperan que los sigan escribiendo
esperan por otro poeta que les de mas vida, que les de mas lineas
esperan por otra musa
esperan por otra caída
cuando acabaran los poemas
acaso, las lineas son infinitas
acaso, te esperan a ti...
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